último tren, donde más me gusta viajar y al que tengo que correr. Me guiña el ojo y se me pone a relatar la verdad de su existencia.
hechos reales, que antes solo estaban en la cabeza con agregados y culpas en el medio.
no te tendría que volver a hablar, porque sino me corrompería, eso en un sueño; te vi la cara justo cuando te diste vuelta, con claridad. Me hablaste, no sé lo que dijiste pero era la voz lo que quería descifrar como un sonido perdido en la canción más triste.
es mi estación, un chau mental, trabajado, bajando por la rampa
hasta abrir los ojos
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