sábado

acercándose 30 centímetros más al horizonte

Una gota desplazándose a toda velocidad de forma horizontal trama un límite o, centrándose en la inmensidad que deja a su pasar, una infinidad. Se desliza lentamente, sin querer, dándole tiempo a los ojos para disfrutar del panorama. Las otras gotas, celosas en vertical, rápidamente la buscan boicotear, disfrazando con sus cuerpos parte de la obra. Sacrificándose de la envidia. Terminan creando caminos con cambios incesantes para tomar hacía la línea eterna.
Se dibuja así un nuevo horizonte de día frío y gris que nunca va a proyectarte la aparición cálida del sol o su despedida en un naranja transformado.


Vos te mostrás en un día empañado. Trazado con el indice, ese que tiene un infinísimo lunar por señalar estrellas. Por donde la luz..

Siendo una maqueta de un horizonte en un día de encanto.

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