jueves

Ambiente tosco

Casi inventando excusas, sí es olvidando de a poco, no es estima alguna. En otras cosas, pero lo sigo soñando. Lo sigo buscando en instintos con esmero y desespero por ser la necesidad infundada en caprichos…no, mentira.
El disco gira pero rayado, para captarlo. Se frena lentamente haciendo el sonido inspirado de cualquier miedo incorporado en uno, más allá de todo.
Todos hablan de sobrevivir, una palabra tan absurda cuando se trata de situaciones de esta índole, cuando no hablamos de muerte o enfermedades.
Provocando momentos de locura. Todo termina siendo capitulado por personas ciegas y mudas. Sin visión de la realidad, sin panorama situacional, sin tacto pero con un arma en la mano apuntando firme a su propio pecho, esperando que la bala vaya directo, pero sabiendo muy en el fondo de que jamás va a llegar, sin temblarle el pulso: Falla.
Gente realmente insoportable, incansable. Detestable. Parece que su vida fuera fundada por el mar de ilusiones que le provee un cuadradito electrónico. Dejándose manejar de forma invisible por ellos mismos y spam, obligándolos a consumir.
El inconsciente juega los peores trucos, guardando lo peor y lo más divertido. Te conoce, te irrita, te deja fluir, rompiendo cualquier barrera imaginaria que te convide cualquiera.

Ni blanco ni negro – gris.

En el fondo, quizás vuelva a salir, imposible no actuar con improvisación cuando se trata de vos.
Es que los parpados caen pero no las ilusiones encontradas en desnudez contigua, en la versatilidad portátil de la inútil cámara ilusoria de espías.
Todo empieza salir bien, ¿todo? Debe ser el cambio de luna. Que ahora sale de día, confundiendo aún más cualquiera de las expectativas que pueda llegar a tener de la vida, se la vé clara y con nubes difusas buscando bloquearla, no consiguiéndolo.
El sol presencia de tu buen humor, que no baje entonces.
Perspectivas diferentes pero no dejan de estar equivocadas si se mantienen la coherencia de la realidad impuesta por un juez. La tuya es alternativa entonces, siendo nada menos que un subconjunto. Riendo.
Bajemos de la mano y no nos soltemos hasta que lleguemos al suelo, no importa lo fría que esté tu mano o lo sucia que esté la mía, solo los dos nos damos ese equilibrio para que la caída no sea rápida y destructora. No despertemos, sigamos flotando en ese aire, volando en esos colores. Es imposible aterrizar de pie, pero hagámoslo ligeramente, como una pluma. En la nada absoluta, así creando nuestro propio escenario a visitar.

próximo: respirar de ese aire

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